Es difícil olvidar las rectas de humo de Noelvis Entenza, cuando lideraba el pitcheo cienfueguero hace solo tres año, o la versión más letal de Jonder Martínez, vistiendo la franela de los Vaqueros de La Habana, monarcas del béisbol nacional en la Serie 48.
Pero el tiempo ha pasado y ya estos dos serpentineros no dependen de las mismas armas; más bien, se han reinventado para mantenerse entre los lanzadores dominantes del patio. Su reto inmediato será medirse, frente a frente, en el sexto duelo (este sábado, 4:00 p.m.) de la semifinal entre los Cocodrilos de Matanzas y los Alazanes de Granma. Antes de la prueba, ambos conversaron con nuestro diario.
Noelvis Entenza (31 años, ganó el tercer juego de la serie con tres limpias permitidas en seis capítulos):
«En el 2015 estuve seis meses sin jugar, desmotivado, no quería volver a los terrenos, pero gracias a los consejos de Iday Abreu y Javier Méndez regresé. Me recordaron de dónde venía, lo que representaba para Cienfuegos, La Habana y toda Cuba, no podía irme con una imagen tan negativa.
Jonder Martínez. Foto: Ricardo López Hevia
«No soy el mismo lanzador de hace unos años, cuando utilizaba la potencia como principal recurso. He bajado la velocidad, ya no tiro más de 95 millas debido a deudas de entrenamiento, pero tengo mejor control, he trabajado en lograr un buen enfoque y concentración durante los partidos.
«Llevo nueve años lanzando, porque antes era jardinero derecho y sinceramente ahora me siento más pitcher. Con estas armas competiré contra Matanzas en el Victoria de Girón; son duros allí, pero estoy consciente de lo que quiero y debo hacer en el montículo: ganar.»
Jonder Martínez (38 años, en seis episodios contra los granmenses solo ha permitido dos jits y le batean para 111):
«Por suerte, tuve en La Habana un entrenador excelente como Javier Gálvez, quien nos decía que uno no sale siempre con la misma velocidad, y entonces debe dominar otros pitcheos y usar más la cabeza. Ese consejo me ha servido de mucho, porque ya no tiro tan duro y debo basar mi trabajo en el control y la combinación.
«Siempre he sido muy curioso para los lanzamientos. Si llegaba cualquiera al equipo le preguntaba cómo tiraba uno u otro pitcheo, y hacía lo mismo en el equipo nacional; por eso tengo un repertorio a base de recta, curva, slider, sinker y bola de nudillos.
«Creo que lo fundamental es el control y una mecánica correcta, que me permita una buena localización de los pitcheos. Me siento fuerte psicológicamente, y estoy listo para asumir el reto contra Granma, un rival muy fuerte, que merece respeto».
Pero el tiempo ha pasado y ya estos dos serpentineros no dependen de las mismas armas; más bien, se han reinventado para mantenerse entre los lanzadores dominantes del patio. Su reto inmediato será medirse, frente a frente, en el sexto duelo (este sábado, 4:00 p.m.) de la semifinal entre los Cocodrilos de Matanzas y los Alazanes de Granma. Antes de la prueba, ambos conversaron con nuestro diario.
Noelvis Entenza (31 años, ganó el tercer juego de la serie con tres limpias permitidas en seis capítulos):
«En el 2015 estuve seis meses sin jugar, desmotivado, no quería volver a los terrenos, pero gracias a los consejos de Iday Abreu y Javier Méndez regresé. Me recordaron de dónde venía, lo que representaba para Cienfuegos, La Habana y toda Cuba, no podía irme con una imagen tan negativa.
Jonder Martínez. Foto: Ricardo López Hevia
«No soy el mismo lanzador de hace unos años, cuando utilizaba la potencia como principal recurso. He bajado la velocidad, ya no tiro más de 95 millas debido a deudas de entrenamiento, pero tengo mejor control, he trabajado en lograr un buen enfoque y concentración durante los partidos.
«Llevo nueve años lanzando, porque antes era jardinero derecho y sinceramente ahora me siento más pitcher. Con estas armas competiré contra Matanzas en el Victoria de Girón; son duros allí, pero estoy consciente de lo que quiero y debo hacer en el montículo: ganar.»
Jonder Martínez (38 años, en seis episodios contra los granmenses solo ha permitido dos jits y le batean para 111):
«Por suerte, tuve en La Habana un entrenador excelente como Javier Gálvez, quien nos decía que uno no sale siempre con la misma velocidad, y entonces debe dominar otros pitcheos y usar más la cabeza. Ese consejo me ha servido de mucho, porque ya no tiro tan duro y debo basar mi trabajo en el control y la combinación.
«Siempre he sido muy curioso para los lanzamientos. Si llegaba cualquiera al equipo le preguntaba cómo tiraba uno u otro pitcheo, y hacía lo mismo en el equipo nacional; por eso tengo un repertorio a base de recta, curva, slider, sinker y bola de nudillos.
«Creo que lo fundamental es el control y una mecánica correcta, que me permita una buena localización de los pitcheos. Me siento fuerte psicológicamente, y estoy listo para asumir el reto contra Granma, un rival muy fuerte, que merece respeto».
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