Orlando “El Duke” Hernández, una de las leyendas del béisbol cubano de todos los tiempos, y su hermano Liván Hernández regresarán a Cuba en los próximos días después de una prolongada ausencia que les permitió convertirse en triunfadores en Grandes Ligas.

Pero los exitosos hermanos Hernández no irán para un partido beisbolero de exhibición entre veteranos ni como embajadores de las Grandes Ligas. Ambos participarán en un torneo de golf con fines caritativos, en Varadero, a partir del 6 de mayo.

El torneo clásico de celebridades Con el Golf en la Sangre reunirá a deportistas, empresarios y profesionales en el balneario matancero con el propósito de recaudar fondos  para el hogar de impedidos físicos y mentales La Edad de Oro, que atiende unos 200 pacientes enfermos en La Habana.

“Creo que será un gran momento para todos los admiradores del Duke y Liván en Cuba”, dijo el periodista Omar Claro, fundador y organizador de Con el Golf en la Sangre. “Esta es la oportunidad para su encuentro con el público que nunca los ha olvidado”.

Claro, con larga trayectoria en la prensa deportiva, dijo que ya todos los trámites están hecho y que todos los participantes tienen sus visados otorgados por las autoridades cubanas.

La lista de invitados incluye además a otra ex estrella beisbolera que ha visitado Cuba anteriormente, Rey Ordoñez, junto a Luis Castillo, Saúl Lizaso, Jorge Duque García, según un reporte entregado a la prensa.

El evento está fijado para el 6 de mayo en el Varadero Golf Club y posteriormente los participantes tendrán luz verde para circular dentro de la isla y visitar familiares y amigos.

El promotor explicó que la idea de llevar Con el Golf en la Sangre a Cuba surgió el  pasado 20 de septiembre, cuando escuchó a la hermana de la Caridad de San Vicente de Paul, Sor Yaileny Ponce Torres, presentar ante el Papa Francisco un conmovedor testimonio acerca de su labor comunitaria en la isla.

La Edad de Oro

En ese momento la monja hizo alusión a Edad de Oro y las necesidades de sus pacientes.

“En ese instante, entendí que aquellos hermanos tan vulnerables necesitaban de nuestra ayuda solidaria. Compartí la idea con Orlando “El Duke” Hernández y Liván Hernández que como en tantas  otras ocasiones se ofrecieron para dar su aporte”, explicó Claro.

Así surgió Con el Golf en la Sangre en Cuba, aunque Claro indica que no es la primera vez que sus esfuerzos extienden una mano solidaria a los compatriotas de la isla.

En el 2008, tras el paso arrollador de los huracanes Ike y Gustav,  deportistas, artistas, empresarios y periodistas, junto al alcalde de Miami, Tomas Regalado y la colaboración de Caritas Cuba, organizaron el evento Un Jonrón para Cuba en Miami a beneficio de las víctimas de los desastres naturales.

El  propio clásico de celebridades Con el Golf en la Sangre en Miami ha realizado hasta la fecha un aporte de $11,850 dólares a las fundaciones The First Tee Miami y Sandra DeLucca Developmental Center.

Fuera de la diplomacia beisbolera

Pero la pasión de El Duke y Liván por el golf no es nueva.  Ambos se han metido de lleno a jugar golf, con resultados que comienzan a ocupar titulares no sólo por sus contribuciones filantrópicas a la comunidad. En el 2012 El Duke terminó en el lugar 25 de los 175 primeros golfistas amateurs de Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, y Liván está considerado, según la revista Golf Digest, como el deportista activo de otro deporte que mejor juega golf.

La presencia de ambos hermanos en Cuba tiene un significado muy particular, luego de que varios peloteros desertores de la selección nacional y delegaciones de Grandes Ligas han visitado Cuba durante los últimos años, y el equipo de los Rays de Tampa Bay celebró un juego de exhibición con un equipo cubana en el estadio Latinoamericano de La Habana, en presencia del presidente Barack Obama.

Pero hasta ahora El Duke y Liván habían estado fuera de la llamada diplomacia del béisbol.

Liván abandonó la selección nacional en México en 1995 y dos años después ganó el galardón de Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1997, agenciándose un anillo con los Marlins de la Florida. Su hermano tuvo que enterarse del triunfo de Liván en medio de una suspensión definitiva de jugar béisbol, condenado al ostracismo en una humilde casa en las afueras de La Habana.

Pero a fines de 1997 El Duke escapó de Cuba. Tras un tortuoso capítulo migratorio, llegó a Estados Unidos y un año después tenía el primero de los cuatro anillos que ganó en Grandes Ligas con los Yankees de nueva York y los Medias Blancas de Chicago.