La magia del año par quedó en el olvido para los San Francisco Giants, anulada por completo por unos Chicago Cubs que les robaron una página de su propio libreto la noche del martes.

Los Cachorros se alzaron con la victoria 6-5 tras convertirse en sólo el segundo equipo en la historia, junto a los New York Mets en 1986, en remontar una desventaja de tres carreras en la novena entrada para ganar un partido decisivo de postemporada.

“Creo que hemos comenzado a establecer esa reputación, como la de los Gigantes, que juegan hasta la última gota; en esta época del año más te vale que juegues el máximo durante 27 outs”, sentenció el dirigente Joe Maddon.

“Es impresionante que les hayamos ganado. Haber sido capaces de vencerlos a ellos y ganarles aquí en este juego en particular, creo que es un buen augurio en lo que respecta a cómo nos sentiremos con nosotros mismos”.

Chicago consiguió el pase a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional por segundo año consecutivo ya cuando parecía que la ofensiva había desertado al que fue el mejor equipo de Grandes Ligas toda la campaña 2016, donde sumaron 103 victorias.

Los Gigantes estuvieron a sólo tres outs de sobrevivir un histórico undécimo partido de eliminación en postemporada después de un extraordinario desempeño en la lomita del zurdo Matt Moore.

Moore anuló a los poderosos bates de los Cubs, limitándolos a apenas dos hits a través de ocho entradas y registrando 11 ponches.

Pero el talón de Aquiles de los Gigantes, su cuerpo de relevistas, el cual arruinó 30 salvamentos esta campaña, volvió a hacer acto de presencia.

La primera llamada fue para el derecho Derek Law (sencillo) seguido del zurdo Javier López (base por bola) y luego del taponero Sergio Romo, y ninguno de los tres pudo conseguir un solo out.

Muy por el contrario, un doble del candidato a Jugador Más Valioso Kris Bryant remolcó la primera carrera contra Romo, que de inmediato fue reemplazado por Will Smith. Fue entonces el turno de Willson Contreras como emergente, y su sencillo remolcador contra Smith sirvió para empatar el partido.

Luego le tocó al héroe del primer partido, Javier Báez, quien bateó para un promedio de .375 en la serie y deslumbró con su excepcional defensa, conectando un imparable contra Hunter Strickland para darles la primera ventaja a los Cachorros.

“Hizo un gran trabajo”, dijo el dirigente Bruce Bochy refiriéndose a Moore. “Él hizo su trabajo y estábamos bien alineados. Pensé que íbamos a conseguir esos tres outs. Gracias al trabajo que hizo [Moore], estaba todo establecido, pero no pudimos sacar esos outs”.

“No gusta usar la palabra destino, pero han tenido un gran año y esa fue una gran remontada”, agregó Bochy.

Eso fue lo único que necesitó Aroldis Chapman, quien se reivindicó de su pésimo desempeño la noche anterior con una entrada perfecta abanicando a los tres Gigantes que enfrentó para su tercer salvamento en las tres victorias de los Cachorros en la serie.

Los Cachorros ahora enfrentarán al ganador de la serie divisional entre los Washington Nationals y los LA Dodgers buscando clasificar a su primer Clásico de Otoño desde 1945 y su primer anillo de Serie Mundial desde 1908.

Y sean los Cachorros o no, la debacle del bullpen de los Gigantes garantiza que por primera vez desde 2008, otro equipo se pondrá el anillo de campeón en un año par.