Después de varios meses de espera, el Gobierno estadounidense, a través de una dependencia de su Departamento de Estado encargada de hacer cumplir las leyes que sostienen el absurdo bloqueo económico y financiero contra Cuba, otorgó la licencia que posibilita la participación de un equipo cubano en la próxima edición de la Serie del Caribe.

La decisión se conoció después de que el dominicano Joel Araujo, director de Desarrollo Internacional de las Grandes Ligas estadounidenses (MLB, por sus siglas en inglés), hiciera el anuncio: «Para nosotros es una tremenda satisfacción informar al mundo que el regreso de Cuba a la Serie del Caribe es un hecho», dijo el directivo al sitio digital en español de ESPN, cadena de televisión estadounidense especializada en deporte.

Araujo comentó además, que la oficina del Comisionado de MLB había sugerido a la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC) —que agrupa a las ligas de la región y organiza la Serie— que, de ser aprobada la participación cubana a la venidera edición del torneo, sumara un sexto equipo. El mismo pudiera ser el ganador de la llamada Serie Latina, que tradicionalmente realizan Colombia, Panamá, Nicaragua y la Liga Veracruzana.

«Eso será una decisión de la Confederación del Caribe, pero por ahora la buena noticia es que Cuba está de regreso», añadió el dirigente quisqueyano.

El anuncio llega para desbrozar un poco más el tortuoso camino de regreso para Cuba a un certamen del que fue fundador y dominó en siete ocasiones hasta 1960, cuando se desvinculó del mismo.

Durante los últimos años los dirigentes de la CBPC mostraron un marcado interés por reincorporar a la Federación Cubana como miembro pleno de la organización, algo que llegaron a anunciar como un hecho el pasado mes de junio, durante una conferencia de prensa ofrecida por su actual presidente, el dominicano Juan Francisco Puello.

Pero ese inmenso paso de avance fue cuestionado por la Oficina del Comisionado de la MLB, argumentando que dicho acuerdo establecía un vínculo contractual indirecto con dicha organización —mantiene estrechas relaciones comerciales con la CBPC—, algo que violaba las leyes del injusto bloqueo económico contra Cuba que han recrudecido las diferentes administraciones estadounidenses durante las últimas cinco décadas.

En una carta enviada por Kim Ng, directora de Operaciones Internacionales de la MLB, se conminaba a la CBPC a dar vuelta atrás a la reincorporación cubana como miembro pleno, so pena de impedir la participación de los peloteros caribeños bajo contrato con franquicias estadounidenses en sus respectivas ligas locales y en la propia serie para campeones de la región.

No obstante, la MLB mostró su disposición de impulsar los trámites ante la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), con el objetivo de que Cuba participara al menos en la Serie del Caribe mediante un permiso similar a los que le han sido expedidos hasta el momento para incursionar en las primeras tres ediciones del Clásico Mundial.

El trámite ya está cumplido. El propio Araujo aclaró al programa Zona ESPN NY, que están dadas las condiciones para que Cuba asista como invitada a la próxima Serie del Caribe, que se disputará a principios de febrero de 2014 en la venezolana Isla Margarita, y que se había enviado ya toda la documentación a la CBPC para poder concretarla.

Al momento de redactar estas líneas la confederación caribeña no se había puesto en contacto con las máximas autoridades de la Federación Cubana para informarle oficialmente sobre el tema, algo que se espera ocurra en los próximos días.

Tomando como referencias las incursiones de la Mayor de las Antillas en las anteriores versiones del Clásico Mundial, la mayoría de los especialistas coinciden en que el equipo de Villa Clara —monarca de la pasada Serie Nacional— pueda volver a representar al béisbol cubano después de 53 años de ausencia en estas lides.

Aunque desde el primer momento la Federación Cubana mostró su total disposición para reincorporase a la CBPC —y de paso participar en su próximo torneo—, también ha preferido manejarse con cautela durante todo el complicado proceso de negociaciones vivido hasta ahora. Y de seguro, esperará a conocer todos los detalles para adoptar una decisión definitiva.

De concretarse, el béisbol cubano daría un paso más en pos de aumentar su roce e intercambio al máximo nivel, algo que, sin dudas, contribuiría al ansiado desarrollo de este deporte en la Isla.