A pocas horas del debut cubano en el III Clásico Mundial de béisbol, probablemente la principal preocupación de Víctor Mesa sea la inestabilidad de su cuerpo de lanzadores…

¿Cuál es el área menos fuerte de la selección cubana de béisbol que jugará el III Clásico Mundial? Apenas unos días atrás, si alguien hubiera realizado esa pregunta, probablemente casi todos los fanáticos y especialistas habrían ofrecido la misma respuesta: la ofensiva. Faltan pocas horas para que comience el evento y, ante la misma interrogante, de seguro ahora la mirada crítica se concentraría en el inestable trabajo de los lanzadores del equipo que dirige Víctor Mesa.

No es un secreto que en el pasado lustro la causa principal de los reveses del equipo nacional, en disímiles certámenes, fue la escasa producción de carreras. Los pitchers cumplían su función; pero no recibían el apoyo de los bateadores. Esto pudo comprobarse, nuevamente, en la gira realizada por la preselección cubana por Taipéi de China y Japón, a finales de 2012.

La nómina oficial cubana al III Clásico Mundial despertó varias polémicas; aunque el staff de lanzadores no recibió muchas críticas. Quizás por primera vez en la historia, un equipo nacional aglutinaba a peloteros claramente posicionados en un determinado rol y el cuerpo técnico tuvo el tino de convocar a pitchers con características diferentes (derechos, zurdos, con envíos laterales, otros más rápidos).

No obstante, Víctor Mesa tenía “asuntos por resolver”: ¿Quién sería su tercer abridor? ¿Quién cerraría los encuentros? Los seis partidos de preparación efectuados contra Taipéi de China, Australia, Holanda y dos clubes profesionales japoneses han despejado algunas dudas…y creado muchísimas más.

CERTEZAS

Hace más de un mes que el director anunció a Ismel Jiménez como su primer abridor. El espirituano ha sido el mejor lanzador en la 52 Serie Nacional y tendrá la responsabilidad de iniciar el decisivo partido ante Brasil. En sus dos presentaciones previas permitió cinco carreras, en 7,1 entradas, para 6,14 PCL y no lució dominante; pero todos esperamos su recuperación.

Para el segundo desafío, contra China, subirá al montículo Freddy Asiel Álvarez. Ojalá el villaclareño se presente en un buen día, sobre todo con su control. En los encuentros de preparación estuvo impreciso (7,1 innings, 9 jits, 4 carreras y 4,91 PCL); aunque no creo que el cuerpo técnico coloque a otro hombre en su lugar.

Las dudas sobre quién trabajaría como cerrador del equipo las despejó Vladimir García con el dominio mostrado en Asia, donde muestra 0,00 de PCL. Varias temporadas atrás, el avileño abandonó el rol de “matador”; sin embargo, parece la opción más confiable para mantener la ventaja en los innings finales.

DUDAS

¿Qué ha pasado con Odrisamer Despaigne? Todas sus actuaciones en los partidos de preparación han sido muy malas—en los dos desafíos, frente a clubes nipones, recibió un fortísimo castigo—, por tanto, queda descartado como tercer abridor. Ese puesto podría ocuparlo Yadier Pedroso. A pesar de sus pobres números en la Serie Nacional, el cuerpo técnico optó por incluirlo en la nómina. No ha trabajado mucho en los juegos; pero su probada calidad lo colocaría en el montículo frente a Japón.

Dos de los tres zurdos, Norberto González y Wilber Pérez, han trabajado bien. El problema está en la tercera opción. Leandro Martínez hizo el viaje a Taipéi de China. Allí sus actuaciones no convencieron a la dirección y esto provocó la sorpresiva entrada, a última hora, del tunero Darién Núñez. En su debut en Japón, Núñez mostró su gran debilidad: el descontrol. Víctor tal vez lo piense más de una vez antes de colocarlo en una situación tensa.

Otro que tampoco ha podido lanzar muchos strikes es el guantanamero Alexander Rodríguez. Su boleto, con bases llenas, significó la derrota ante Taipéi y contra los Halcones también estuvo errático. Tampoco parece una opción confiable.

Las estadísticas del cuerpo de lanzadores en los seis partidos son preocupantes: en total recibieron, como promedio, 5.8 carreras por encuentro. Esto no había sucedido en campeonatos anteriores y los entrenadores de pitcheo tendrán que corregir aceleradamente las deficiencias detectadas. ¿Llegarán a tiempo esos cambios?