Una de las sensaciones de la actual temporada de pelota lo es el villaclareño Yurién Vizcaíno Rodríguez, jugador con una fuerza impresionante en sus muñecas y nervios de acero para decidir en situaciones difíciles, en las cuales ha mostrado la fibra que lo caracteriza como pelotero.
Las más de 60 carreras impulsadas, –segundo del campeonato en ese departamento–, los varios desafíos decididos por él a la hora de recoger los bates y las cerca de 40 veces que ha traído para home a corredores que se encontraban en posición anotadora, o la carrera del empate o la ventaja, atestiguan que estamos en presencia de un pelotero de 33 años de edad, maduro y listo para empeños mayores.
Para satisfacer la apetencia de los aficionados que desean conocer un poco más acerca de su carrera deportiva, Granma fue a su encuentro en el estadio Sandino.
–¿Cómo te inicias en el béisbol?
–No soy un pelotero de academia, más bien un autodidacta que por los deseos de jugar béisbol perseveré hasta llegar a la Serie Nacional. En los inicios era lanzador y no lo hacía mal, pero tuve una lesión en el brazo que me alejó del deporte por tres años, y cuando pensaba que todo había acabado, porque ya tenía 28 abriles, se apareció el entrenador Roberto Pupo para incitarme a que fuera jugador de posición, aprovechando la fuerza que él veía en mis conexiones.
–¿Haces alguna preparación especial para lograr el poder que te caracteriza?
–Desde pequeño fui muy fuerte, claro, ahora trabajo con las pesas y hago ejercicios que han acrecentado lo que me dio la naturaleza.
–¿Cuáles son tus principales virtudes y defectos?
–Lo principal es el deseo que le pongo a cada turno al bate. Siempre salgo a pegarle duro a la bola, para lo cual hago un swing fuerte y con él salen conexiones sólidas. Defectos, sí tengo también, el principal radica en no discriminar bien los lanzamientos, y necesito buscar una mayor concentración en el home.
–¿Cómo vives tus grandes momentos durante el juego?
–Por la responsabilidad en la alineación, casi siempre vengo en situaciones complejas, en las que debo decidir. Me siento muy feliz cada vez que impulso una carrera, doy un buen batazo o decido un juego. Ese día casi no duermo pensando en ese instante.
–Dice tu mentor Eduardo Paret que la pelota llora cuando tú le pegas...
–Es que yo le pongo el alma a cada partido, y sí, cuando logro pegarle bien, sale dura de verdad. Para mí es un goce cada turno al bate y lo disfruto mucho.
–Juegas primera y los jardines, ¿dónde te sientes más cómodo?
–Aunque en el cuadro estoy más activo, prefiero el jardín izquierdo, que es donde mejor me siento.
–¿Es cierto que tu ídolo como pelotero es Antonio Muñoz?
–Así mismo. Es uno de los peloteros más grandes que ha pasado por las Series Nacionales. No tuve la suerte de verlo en acción, pero sí he visto muchos videos y documentales del Gigante del Escambray y, aunque sé que nunca llegaré a sus resultados, todos los días trato de ser como él.
–Algunos expresan que eres el relevo del «Remolcador», Ariel Borrero. ¿Qué les dices a esos aficionados?
–¡Qué va, Borrero fue muy grande, es único! De cualquier manera, resulta un honor que me comparen con él. Por ahora lo mío está en tratar de hacer el trabajo en favor del equipo. Si contribuyo al triunfo remolcando carreras como hacía Borrero, entonces estaré orgulloso de que me contrasten con ese pelotero tan especial.
–¿Cómo ves al Villa Clara?
–Está bien, los refuerzos han rendido bastante, sobre todo en el bateo. Nos preocupamos un poco con la baja que tuvimos hace unos días, pero eso es normal en una serie muy pareja donde se gana y se pierde con cualquiera.
–¿Hasta dónde podrás llegar teniendo en cuenta que entraste un poco tarde en la pelota?
–Recuerda ese refrán que dice que nunca es tarde si la dicha es buena. Me queda un mundo todavía. Físicamente estoy bien, soy un pelotero muy fuerte, que entrena mucho y con disciplina. Pienso que habrá Vizcaíno para rato.
Las más de 60 carreras impulsadas, –segundo del campeonato en ese departamento–, los varios desafíos decididos por él a la hora de recoger los bates y las cerca de 40 veces que ha traído para home a corredores que se encontraban en posición anotadora, o la carrera del empate o la ventaja, atestiguan que estamos en presencia de un pelotero de 33 años de edad, maduro y listo para empeños mayores.
Para satisfacer la apetencia de los aficionados que desean conocer un poco más acerca de su carrera deportiva, Granma fue a su encuentro en el estadio Sandino.
–¿Cómo te inicias en el béisbol?
–No soy un pelotero de academia, más bien un autodidacta que por los deseos de jugar béisbol perseveré hasta llegar a la Serie Nacional. En los inicios era lanzador y no lo hacía mal, pero tuve una lesión en el brazo que me alejó del deporte por tres años, y cuando pensaba que todo había acabado, porque ya tenía 28 abriles, se apareció el entrenador Roberto Pupo para incitarme a que fuera jugador de posición, aprovechando la fuerza que él veía en mis conexiones.
–¿Haces alguna preparación especial para lograr el poder que te caracteriza?
–Desde pequeño fui muy fuerte, claro, ahora trabajo con las pesas y hago ejercicios que han acrecentado lo que me dio la naturaleza.
–¿Cuáles son tus principales virtudes y defectos?
–Lo principal es el deseo que le pongo a cada turno al bate. Siempre salgo a pegarle duro a la bola, para lo cual hago un swing fuerte y con él salen conexiones sólidas. Defectos, sí tengo también, el principal radica en no discriminar bien los lanzamientos, y necesito buscar una mayor concentración en el home.
–¿Cómo vives tus grandes momentos durante el juego?
–Por la responsabilidad en la alineación, casi siempre vengo en situaciones complejas, en las que debo decidir. Me siento muy feliz cada vez que impulso una carrera, doy un buen batazo o decido un juego. Ese día casi no duermo pensando en ese instante.
–Dice tu mentor Eduardo Paret que la pelota llora cuando tú le pegas...
–Es que yo le pongo el alma a cada partido, y sí, cuando logro pegarle bien, sale dura de verdad. Para mí es un goce cada turno al bate y lo disfruto mucho.
–Juegas primera y los jardines, ¿dónde te sientes más cómodo?
–Aunque en el cuadro estoy más activo, prefiero el jardín izquierdo, que es donde mejor me siento.
–¿Es cierto que tu ídolo como pelotero es Antonio Muñoz?
–Así mismo. Es uno de los peloteros más grandes que ha pasado por las Series Nacionales. No tuve la suerte de verlo en acción, pero sí he visto muchos videos y documentales del Gigante del Escambray y, aunque sé que nunca llegaré a sus resultados, todos los días trato de ser como él.
–Algunos expresan que eres el relevo del «Remolcador», Ariel Borrero. ¿Qué les dices a esos aficionados?
–¡Qué va, Borrero fue muy grande, es único! De cualquier manera, resulta un honor que me comparen con él. Por ahora lo mío está en tratar de hacer el trabajo en favor del equipo. Si contribuyo al triunfo remolcando carreras como hacía Borrero, entonces estaré orgulloso de que me contrasten con ese pelotero tan especial.
–¿Cómo ves al Villa Clara?
–Está bien, los refuerzos han rendido bastante, sobre todo en el bateo. Nos preocupamos un poco con la baja que tuvimos hace unos días, pero eso es normal en una serie muy pareja donde se gana y se pierde con cualquiera.
–¿Hasta dónde podrás llegar teniendo en cuenta que entraste un poco tarde en la pelota?
–Recuerda ese refrán que dice que nunca es tarde si la dicha es buena. Me queda un mundo todavía. Físicamente estoy bien, soy un pelotero muy fuerte, que entrena mucho y con disciplina. Pienso que habrá Vizcaíno para rato.