Nadie discute la extraordinaria importancia que revisten los juegos de preparación en cualquier deporte colectivo, pues sin ellos resultaría imposible completar el necesario arsenal técnico y táctico para enfrentar con el mayor éxito posible la competencia principal.

Lo anterior está en íntima relación con la justa beisbolera de preparación más añeja del país, la Copa Antillana de Acero, que por estos días está en el inicio de su edición número 21. No por casualidad seis de los ocho conjuntos participantes lo serán también en la ya cercana 53 Serie Nacional, incluido el más popular de los seleccionados orientales: Santiago de Cuba.

Sin embargo, lamentablemente las pelotas que se emplean en esta primera parte del torneo son plásticas, de fabricación china. Y escribo lamentablemente, porque su utilización está en contra de los requerimientos técnicos elementales.

Según el entrenador de pitcheo Javier Gálvez, un reputado técnico formador de algunos de nuestros mejores lanzadores, "esas pelotas no tienen un peso exacto, fluctúa de una a otra, y la superficie plástica dificulta el agarre; los de-dos resbalan sobre todo cuando se trata de tirar rompimientos. El mayor problema es el hecho de usarlas en un torneo cuya fecha de celebración está muy cercana a la competencia fundamental: la 53 Serie. Resulta incluso peligroso, pues si usted trabaja con sus lanzadores empleando la Mizuno 200, la oficial, y de buenas a primera cambia la bola para otra de condiciones muy diferentes, puede provocar afectaciones en los brazos ", concluyó Gálvez.