Cuando su equipo completa el tercer out del inning, es el primero en llegar al banco y luego hace lo mismo de regreso a su posición en el campo corto. Así es César Prieto Echavarría, un jugador fenomenal, flemático y agresivo. Espectacular.
Ya se hizo sentir durante la fase clasificatoria de la LVIII Serie Nacional de Béisbol con su equipo de Cienfuegos, con un average de 379, pero en esta etapa semifinal, de refuerzo con los Naranjas de Villa Clara, ha impresionado aun más a beisbolistas y aficionados.
Cuando se para a la zurda frente al home, se nota flemático frente al picher, pero cuando hace contacto con la pelota parece una centella; y como ya lo conocen, el equipo contrario se mantiene en vilo y los aficionados a la expectativa, porque no se puede descifrar si va a tocar la bola o si va a realizar swing grande, pues en cualquiera de las dos variantes es un peligro potencial con el madero.
Pero lo más llamativo es que difícilmente falla un toque de bola y si procede lo hace a la perfección lo mismo por la banda izquierda que por la derecha, o cuando coloca un rolling incómodo entre el lanzador y el defensor de la primera almohadilla.
Y ese toque de bola está acompañado de una gran velocidad de home a primera, para lo cual se preparan los infilder s, presionados por no descifrar la intención del toletero. Es como para volverlos “locos” y ponerlos en la disyuntiva de decidir si jugar en posición normal o adelantado.
Cuando hace el swing para sacar la bola del cuadro por decisión propia o indicación de coach de tercera, dirige la Mizuno por cualquier jardín. Es la clásica regadera que recuerda al matancero Wilfredo Sánchez y al villaclareño Amado Zamora. “Siempre me ha gustado este sistema de bateo, pero ahora lo he perfeccionado con Villa Clara, con la ayuda de los entrenadores y a partir de que la dirección del equipo me planteó la necesidad de ocupar el primer bate y que tratara por todos los medios de embasarme”, explicó César Prieto a la Agencia Cubana de Noticias.
El joven pelotero, de solo 19 años de edad y 69 kilogramos de peso, acoge esta semifinal con extraordinario entusiasmo, al sentirse bien acompañado por los demás integrantes del conjunto y porque las cosas le han salido bien, a tal punto de que el average en bateo es superior al de la clasificatoria, a pesar de haber mayor concentración de lanzadores de calidad, en esta segunda etapa. “Sí –sostuvo--, estoy contento por mis resultados ofensivos, y por el paso que lleva Villa Clara, pero también sufro cuando perdemos”
Aunque ha brillado en la LVIII Serie, César Prieto siempre ha llevado consigo una estrella, desde que era niño en su natal municipio de Abreu, cuando representó a Cienfuegos en dos Juegos Nacionales Escolares, y más recientemente, en el 2017, en la versión 28 de la Copa Mundial de Béisbol sub-18, en Canadá, donde conquistó el liderazgo de bateo, con 581 de average.
“Juego donde haga falta, en segunda o en el campo corto. Por ello tengo que seguir superándome en la defensa, sin descuidar la ofensiva que es lo que me ha identificado”, expresó este joven sencillo, vivaz y dinámico, todo un espectáculo para los que están sentados en las graderías, y una amenaza para el equipo contrario cada vez que se para en el cajón de bateo.
Ya se hizo sentir durante la fase clasificatoria de la LVIII Serie Nacional de Béisbol con su equipo de Cienfuegos, con un average de 379, pero en esta etapa semifinal, de refuerzo con los Naranjas de Villa Clara, ha impresionado aun más a beisbolistas y aficionados.
Cuando se para a la zurda frente al home, se nota flemático frente al picher, pero cuando hace contacto con la pelota parece una centella; y como ya lo conocen, el equipo contrario se mantiene en vilo y los aficionados a la expectativa, porque no se puede descifrar si va a tocar la bola o si va a realizar swing grande, pues en cualquiera de las dos variantes es un peligro potencial con el madero.
Pero lo más llamativo es que difícilmente falla un toque de bola y si procede lo hace a la perfección lo mismo por la banda izquierda que por la derecha, o cuando coloca un rolling incómodo entre el lanzador y el defensor de la primera almohadilla.
Y ese toque de bola está acompañado de una gran velocidad de home a primera, para lo cual se preparan los infilder s, presionados por no descifrar la intención del toletero. Es como para volverlos “locos” y ponerlos en la disyuntiva de decidir si jugar en posición normal o adelantado.
Cuando hace el swing para sacar la bola del cuadro por decisión propia o indicación de coach de tercera, dirige la Mizuno por cualquier jardín. Es la clásica regadera que recuerda al matancero Wilfredo Sánchez y al villaclareño Amado Zamora. “Siempre me ha gustado este sistema de bateo, pero ahora lo he perfeccionado con Villa Clara, con la ayuda de los entrenadores y a partir de que la dirección del equipo me planteó la necesidad de ocupar el primer bate y que tratara por todos los medios de embasarme”, explicó César Prieto a la Agencia Cubana de Noticias.
El joven pelotero, de solo 19 años de edad y 69 kilogramos de peso, acoge esta semifinal con extraordinario entusiasmo, al sentirse bien acompañado por los demás integrantes del conjunto y porque las cosas le han salido bien, a tal punto de que el average en bateo es superior al de la clasificatoria, a pesar de haber mayor concentración de lanzadores de calidad, en esta segunda etapa. “Sí –sostuvo--, estoy contento por mis resultados ofensivos, y por el paso que lleva Villa Clara, pero también sufro cuando perdemos”
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