El parque Mártires de Barbados, en Bayamo, se llenó de esquina a esquina para presenciar el regreso a los diamantes cubanos de Alfredo Despaigne, quien cautivó a todos en su andadura por la Liga Profesional de Japón con el Chiba Lotte Marines.
Desafortunadamente para la afición local, los Alazanes como conjunto no pudieron llevarse la sonrisa en el regreso del toletero frente a Camagüey, que contó con gran labor monticular combinada de Arberlio Quiroz y José Ramón Rodríguez, autores de una lechada, además de oportunas conexiones de Héctor Hernández, Dairon Blanco y Humberto Bravo.
Suyos fueron los cuatro últimos remolques del pleito, aunque la primera carrera hubiera bastado para alcanzar el éxito, y la misma llegó por error del torpedero granmense Adrián Moreno en la fatídica segunda entrada, cuando los Toros pisaron tres veces el plato.
Tras dicha marfilada Bravo disparó sencillo impulsor y Héctor Hernández, el hombre proa, consiguió un elevado de sacrificio que abrió la diferencia a 0-3, inalcanzable para la artillería de la tropa de Carlos Martí, dominada por Quiroz y Rodríguez.
Ambos controlaron cada situación de peligro, espaciaron siete inatrapables y tres boletos con seis ponches y dos jugadas de doble matanza.
Por los Alazanes, el veloz diestro Alain Tamayo estuvo sólido en seis episodios, pero sus relevos Erluis Blanco y Yosibel Castillo no pudieron sacar outs en el séptimo, cuando los agramontinos aprovecharon para distanciarse en el marcador con dos carreras más.
A pesar del fracaso, nota destacada para Alfredo Despaigne, quien si cumplió con creces, al punto de que lograron ponerlo out solo en una de sus cuatro visitas al plato, muestra inequívoca de su capacidad de respuesta en los momentos cumbres.
El poderoso jardinero ancló cuarto en la alineación, ocupó el puesto de designado y despachó par de dobles por el bosque central, con un boleto. Además, bateó una vez para doble play.
Este éxito da un respiro a los camagüeyanos, ávidos de ganar y ganar como única fórmula para salir de las posiciones sotaneras. Granma, por su parte, pierde el rumbo triunfal, aunque se mantienen bien cerca de los punteros con cuatro juegos menos.
Desafortunadamente para la afición local, los Alazanes como conjunto no pudieron llevarse la sonrisa en el regreso del toletero frente a Camagüey, que contó con gran labor monticular combinada de Arberlio Quiroz y José Ramón Rodríguez, autores de una lechada, además de oportunas conexiones de Héctor Hernández, Dairon Blanco y Humberto Bravo.
Suyos fueron los cuatro últimos remolques del pleito, aunque la primera carrera hubiera bastado para alcanzar el éxito, y la misma llegó por error del torpedero granmense Adrián Moreno en la fatídica segunda entrada, cuando los Toros pisaron tres veces el plato.
Tras dicha marfilada Bravo disparó sencillo impulsor y Héctor Hernández, el hombre proa, consiguió un elevado de sacrificio que abrió la diferencia a 0-3, inalcanzable para la artillería de la tropa de Carlos Martí, dominada por Quiroz y Rodríguez.
Ambos controlaron cada situación de peligro, espaciaron siete inatrapables y tres boletos con seis ponches y dos jugadas de doble matanza.
Por los Alazanes, el veloz diestro Alain Tamayo estuvo sólido en seis episodios, pero sus relevos Erluis Blanco y Yosibel Castillo no pudieron sacar outs en el séptimo, cuando los agramontinos aprovecharon para distanciarse en el marcador con dos carreras más.
A pesar del fracaso, nota destacada para Alfredo Despaigne, quien si cumplió con creces, al punto de que lograron ponerlo out solo en una de sus cuatro visitas al plato, muestra inequívoca de su capacidad de respuesta en los momentos cumbres.
El poderoso jardinero ancló cuarto en la alineación, ocupó el puesto de designado y despachó par de dobles por el bosque central, con un boleto. Además, bateó una vez para doble play.
Este éxito da un respiro a los camagüeyanos, ávidos de ganar y ganar como única fórmula para salir de las posiciones sotaneras. Granma, por su parte, pierde el rumbo triunfal, aunque se mantienen bien cerca de los punteros con cuatro juegos menos.