En medio siglo de béisbol revolucionario, muchas han sido las marcas impuestas, algunas con una larga permanencia pues resulta difícil igualarlas o romperlas, ya sea en el área de bateo, pitcheo o defensa, en un juego o en una temporada completa.
Entre las primeras —conseguidas en un partido— sobresalen los 22 ponches repartidos por el zurdo pinareño Faustino Corrales al equipo de Holguín, el 20 de diciembre del 2000. Y entre las segundas ninguna más añeja que los 13 triples conectados por el matancero Wilfredo Sánchez en fecha ya lejana, 1969, inmutable por más de cuatro décadas.
Ahora, con Alfredo Despaigne a punto de establecer una nueva marca de jonrones, cabría preguntarse si también el fornido slugger granmense, oriundo de Contramaestre, sería capaz de echar abajo un récord que, a simple vista, parece ser de los llamados a perdurar: las 111 carreras impulsadas por el santiaguero Alexei Bell en la 47 Serie Nacional.
Analicemos en detalle la labor de Bell en aquella campaña. Compiló 349 turnos oficiales al bate y fletó hacia el plato una carrera cada 3,14 veces, una frecuencia asombrosa. Por partidos, estuvo presente en los 90 de su elenco por lo cual impulsó 1,23 anotación por desafío, algo también fuera de lo común.
Vayamos entonces a cuál ha sido el rendimiento de Alfredo Despaigne en este casillero en los últimos cinco años. En la 46 Serie impulsó 66 en 336 veces (5,09 de frecuencia); 47 Serie: 78 en 321 (4,12); 48 Serie: 97 en 328 (3,38); 49 Serie: 97 en 317 (3,27) y en la pasada campaña, en la cual dejó de jugar varios días por haber sido delegado al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, remolcó 74 carreras en 261 turnos, para 3,53. En total, 412 remolques en 1 563 veces (3,79).
Ahora, cuando a los Alazanes de Granma les faltan 19 partidos para finalizar la clasificatoria, Despaigne acumula 88 impulsadas en 277 turnos, la misma frecuencia de Bell hace cuatro años, 3,14. Le restan 23, con una ventaja pues esta Serie consta de seis encuentros más. Y una desventaja: es tercer bate, no cuarto, y tiene por tanto un hombre menos delante.
Bell tuvo a su favor ser quinto, con cuatro compañeros que se embasaban mucho, y en su contra que el hombre delante de él, Rolando Meriño, impulsó 80 carreras. Además de Bell, solo otro pelotero ha fletado 100 o más, Yulieski Gourriel, con 105 en la 49 Serie.
Impulsar carreras es un don en el béisbol, a tal punto que en cualquier liga del mundo un bateador que remolque el 30 % de los corredores que encuentra en posición anotadora es considerado bueno y un 35 %, excepcional. Despaigne, quien en dos ocasiones ha llegado a la cifra de 97, pudiera ser el nuevo recordista. Pero no depende solo de él, sino de sus compañeros, especialmente de los dos que le anteceden en el plato. Verlo intentar romper la marca será otro de los atractivos de esta 51 Serie Nacional.
Entre las primeras —conseguidas en un partido— sobresalen los 22 ponches repartidos por el zurdo pinareño Faustino Corrales al equipo de Holguín, el 20 de diciembre del 2000. Y entre las segundas ninguna más añeja que los 13 triples conectados por el matancero Wilfredo Sánchez en fecha ya lejana, 1969, inmutable por más de cuatro décadas.
Ahora, con Alfredo Despaigne a punto de establecer una nueva marca de jonrones, cabría preguntarse si también el fornido slugger granmense, oriundo de Contramaestre, sería capaz de echar abajo un récord que, a simple vista, parece ser de los llamados a perdurar: las 111 carreras impulsadas por el santiaguero Alexei Bell en la 47 Serie Nacional.
Analicemos en detalle la labor de Bell en aquella campaña. Compiló 349 turnos oficiales al bate y fletó hacia el plato una carrera cada 3,14 veces, una frecuencia asombrosa. Por partidos, estuvo presente en los 90 de su elenco por lo cual impulsó 1,23 anotación por desafío, algo también fuera de lo común.
Vayamos entonces a cuál ha sido el rendimiento de Alfredo Despaigne en este casillero en los últimos cinco años. En la 46 Serie impulsó 66 en 336 veces (5,09 de frecuencia); 47 Serie: 78 en 321 (4,12); 48 Serie: 97 en 328 (3,38); 49 Serie: 97 en 317 (3,27) y en la pasada campaña, en la cual dejó de jugar varios días por haber sido delegado al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, remolcó 74 carreras en 261 turnos, para 3,53. En total, 412 remolques en 1 563 veces (3,79).
Ahora, cuando a los Alazanes de Granma les faltan 19 partidos para finalizar la clasificatoria, Despaigne acumula 88 impulsadas en 277 turnos, la misma frecuencia de Bell hace cuatro años, 3,14. Le restan 23, con una ventaja pues esta Serie consta de seis encuentros más. Y una desventaja: es tercer bate, no cuarto, y tiene por tanto un hombre menos delante.
Bell tuvo a su favor ser quinto, con cuatro compañeros que se embasaban mucho, y en su contra que el hombre delante de él, Rolando Meriño, impulsó 80 carreras. Además de Bell, solo otro pelotero ha fletado 100 o más, Yulieski Gourriel, con 105 en la 49 Serie.
Impulsar carreras es un don en el béisbol, a tal punto que en cualquier liga del mundo un bateador que remolque el 30 % de los corredores que encuentra en posición anotadora es considerado bueno y un 35 %, excepcional. Despaigne, quien en dos ocasiones ha llegado a la cifra de 97, pudiera ser el nuevo recordista. Pero no depende solo de él, sino de sus compañeros, especialmente de los dos que le anteceden en el plato. Verlo intentar romper la marca será otro de los atractivos de esta 51 Serie Nacional.