Matanzas sigue a toda vela. El equipo más estable del cuatrienio ya logró su boleto a la próxima fase (28 éxitos-14 derrotas), y ahora queda solamente la incógnita de si su manager pondrá toda la carne al asador para darle el tiro de gracia a Villa Clara en el tope que sostendrán ambas escuadras en el Victoria de Girón.
Detrás se ubica Granma, reverdecida con la vuelta de Carlos Martí al puesto de mando. Los Alazanes (24-14) pueden eliminar entre miércoles y viernes a su eterno verdugo en el oriente, Santiago de Cuba, y encima tienen cuatro desafíos por efectuar. Para no dejar margen a la casualidad, con dos triunfos de siete posibles plantarán su bandera en la otra etapa.
(Llegado a este punto, aclaro algo: desde que se implantó la presente estructura, 24 ha sido la cifra de victorias conseguidas por el octavo clasificado. E incluso se dio el caso de que Ciego de Ávila no avanzó el año anterior con 24-21, al empatar con Artemisa y tener score adverso en el compromiso entre ambos).
Es a partir de ahí que el panorama empieza a ensombrecerse. Sin embargo, no creo que Artemisa e Industriales dejen morir el sueño levantado hasta ahora, con cosechas idénticas de 24 y 18.
Los primeros no deben comprometerse demasiado en los tres choques por dirimir ante el colero Mayabeque, mientras que a los Leones les aguarda una pulseada exigente versus Ciego, pero en sus predios del Latinoamericano. Los números hablan: Ciego, 8-12 en la carretera; Industriales, 15-6 en casa. Ventaja neta.
Ni siquiera la Isla entra en ninguno de mis cálculos para quedarse fuera. Acumula 22-18, le toca visitar al desmantelado Cienfuegos, y todavía le restan dos encuentros pospuestos con Holguín en el Cristóbal Labra, donde los pineros suelen ser inabordables.
Entonces todo es pura bruma. Holguín (22-18), Ciego de Ávila (22-19), Villa Clara (21-20), Pinar (19-19), Santiago (21-21) y Las Tunas (19-21) corren a pie partido por los tres pasaportes restantes, y de todos, solo el campeón vigente se me antoja con grandes probabilidades de alcanzar el suyo. Ya me explico.
Los Cachorros de Bartutis han hecho una proeza. Perdieron a varios elementos importantes y a pesar de eso siguen dando guerra, aunque en lo adelante deberán vencer en tres de cinco encuentros contra Pinar y la Isla, todos en campo ajeno. Y Holguín se ha comportado horriblemente cuando sale de su feudo (5-11, el segundo peor resultado del evento).
También a Ciego le espera una seguidilla en terrenos hostiles, con tres desafíos inminentes versus Industriales y otro no celebrado ante Las Tunas. Y el monarca de la Serie antepasada, Villa Clara, deberá agigantarse frente a los Cocodrilos de VM32 –que apenas han cedido en dos subseries- y en el partido por consumar contra Pinar. Una dura tarea, sin discusión alguna.
Actualmente novenos de la tabla, los tabaqueros de Urquiola gozan de buenos augurios para seguir con vida. Por lo pronto tendrán un trío de choques con Holguín en el Capitán San Luis, donde además disputarán otros tres juegos, dos de los cuales serán versus un Granma que estaría asegurado a esas alturas y quizás no haga el viaje con todas sus figuras capitales. Como si fuera poco, los verdes cuentan con un sellado más, ante Villa Clara en el Sandino.
Mientras tanto, Santiago cerrará su campaña eliminatoria con la visita a Granma, a la que deberá barrer en aras de conservar las ilusiones. Finalmente, a Las Tunas le queda la clásica ‘tarea del indio’, porque aun hilando fino –esto es, ganando en los cinco choques que le faltan- solo puede arribar a 24 éxitos. Y si poco riguroso parece su venidero dual meet contra Guantánamo, bien complicados lucen los desafíos postergados ante Ciego y Pinar.
Hasta aquí los elencos que persisten en el afán de ir más allá, toda vez que Sancti Spíritus (18-23), Guantánamo (17-25), Cienfuegos (16-26), Camagüey (16-26) y Mayabeque (14-27) ya renunciaron a toda posibilidad gloriosa. ¿Quiénes los acompañarán en los baúles del olvido? En Navidad, acaso poco antes, lo sabremos.
Detrás se ubica Granma, reverdecida con la vuelta de Carlos Martí al puesto de mando. Los Alazanes (24-14) pueden eliminar entre miércoles y viernes a su eterno verdugo en el oriente, Santiago de Cuba, y encima tienen cuatro desafíos por efectuar. Para no dejar margen a la casualidad, con dos triunfos de siete posibles plantarán su bandera en la otra etapa.
(Llegado a este punto, aclaro algo: desde que se implantó la presente estructura, 24 ha sido la cifra de victorias conseguidas por el octavo clasificado. E incluso se dio el caso de que Ciego de Ávila no avanzó el año anterior con 24-21, al empatar con Artemisa y tener score adverso en el compromiso entre ambos).
Es a partir de ahí que el panorama empieza a ensombrecerse. Sin embargo, no creo que Artemisa e Industriales dejen morir el sueño levantado hasta ahora, con cosechas idénticas de 24 y 18.
Los primeros no deben comprometerse demasiado en los tres choques por dirimir ante el colero Mayabeque, mientras que a los Leones les aguarda una pulseada exigente versus Ciego, pero en sus predios del Latinoamericano. Los números hablan: Ciego, 8-12 en la carretera; Industriales, 15-6 en casa. Ventaja neta.
Ni siquiera la Isla entra en ninguno de mis cálculos para quedarse fuera. Acumula 22-18, le toca visitar al desmantelado Cienfuegos, y todavía le restan dos encuentros pospuestos con Holguín en el Cristóbal Labra, donde los pineros suelen ser inabordables.
Entonces todo es pura bruma. Holguín (22-18), Ciego de Ávila (22-19), Villa Clara (21-20), Pinar (19-19), Santiago (21-21) y Las Tunas (19-21) corren a pie partido por los tres pasaportes restantes, y de todos, solo el campeón vigente se me antoja con grandes probabilidades de alcanzar el suyo. Ya me explico.
Los Cachorros de Bartutis han hecho una proeza. Perdieron a varios elementos importantes y a pesar de eso siguen dando guerra, aunque en lo adelante deberán vencer en tres de cinco encuentros contra Pinar y la Isla, todos en campo ajeno. Y Holguín se ha comportado horriblemente cuando sale de su feudo (5-11, el segundo peor resultado del evento).
También a Ciego le espera una seguidilla en terrenos hostiles, con tres desafíos inminentes versus Industriales y otro no celebrado ante Las Tunas. Y el monarca de la Serie antepasada, Villa Clara, deberá agigantarse frente a los Cocodrilos de VM32 –que apenas han cedido en dos subseries- y en el partido por consumar contra Pinar. Una dura tarea, sin discusión alguna.
Actualmente novenos de la tabla, los tabaqueros de Urquiola gozan de buenos augurios para seguir con vida. Por lo pronto tendrán un trío de choques con Holguín en el Capitán San Luis, donde además disputarán otros tres juegos, dos de los cuales serán versus un Granma que estaría asegurado a esas alturas y quizás no haga el viaje con todas sus figuras capitales. Como si fuera poco, los verdes cuentan con un sellado más, ante Villa Clara en el Sandino.
Mientras tanto, Santiago cerrará su campaña eliminatoria con la visita a Granma, a la que deberá barrer en aras de conservar las ilusiones. Finalmente, a Las Tunas le queda la clásica ‘tarea del indio’, porque aun hilando fino –esto es, ganando en los cinco choques que le faltan- solo puede arribar a 24 éxitos. Y si poco riguroso parece su venidero dual meet contra Guantánamo, bien complicados lucen los desafíos postergados ante Ciego y Pinar.
Hasta aquí los elencos que persisten en el afán de ir más allá, toda vez que Sancti Spíritus (18-23), Guantánamo (17-25), Cienfuegos (16-26), Camagüey (16-26) y Mayabeque (14-27) ya renunciaron a toda posibilidad gloriosa. ¿Quiénes los acompañarán en los baúles del olvido? En Navidad, acaso poco antes, lo sabremos.