En la valla del “José Antonio Huelga” ya comenzó la preparación más en caliente de los futuros Gallos para la Serie Nacional de Béisbol en su versión número 57. Lo del calor no es por el sol, tan intenso por estos días; es porque atrás han dejado varios meses de entrenamiento y llegó la hora de las definiciones entre los 48 hombres que conforman la preselección.

Regreso de consagrados y sangre joven se articulan en pos de una meta difícil: tratar de retornar a los planos clasificatorios de los que han estado fuera en los últimos cuatro años.

Al frente de la preparación, Rafael Muñoz explora posibilidades en un conjunto que ve en la rapidez la forma de compensar la pérdida de la fuerza: “Desde hace años este es un equipo que roba pocas bases, tenemos una serie de figuras para trabajar en ello como Rodoleisi Moreno, Geysel Cepeda y Daviel Gómez, para aumentar con la rapidez el número de carreras.

“Tenemos una ventaja: en caso de lesión o bajo rendimiento, hay figuras que pueden asumir, va a existir lucha de contrarios sobre todo en el infield, los ingredientes de la sangre joven del Sub-23 van a hacer que los establecidos tengan que esforzarse”.

De las nueve semanas de este segundo ciclo, a partir de la tercera el grupo de traslada hasta el sur a fin de aprovechar el relieve de la playa, la arena, la duna y el agua para hacer un trabajo de resistencia a la fuerza y a partir de la quinta comenzarían los juegos con otras provincias.

Defensivamente los Gallos han dejado mucho que desear en las más recientes campañas. Por eso los ojos y las manos de Miguel Rojas, el mejor segunda base de nuestros anales beisboleros, se enfocan en el cuadro, donde se vislumbra uno de los pleitos más reñidos por los puestos con la parada que subió el Sub-23. “Trabajamos junto a Rigoberto ‘El Chopi’ Rodríguez, sobre todo con el rolling de frente, es el más difícil para fildear y presentamos problemas. Rodoleisi se ve con más posibilidades en tercera base, donde también trabaja Yankiel Mencía; Daviel Gómez se colocaría en segunda y en los jardines lo mejor es que tenemos opciones”, describe.


En extremos etarios, Frederich Cepeda y Javier Valdivia aportan lo suyo. El primero piensa en lo que puede hacer con disciplina y ejemplo: “Tengo la oportunidad de comenzar con el equipo, me he mantenido entrenando, físicamente estoy bien y trato de encontrar la mejor forma. Pienso en los jardines y en designado, pues seguro que nos turnaremos varios por ahí, veo muchachos con mucho ánimo, solo falta que nos apoyen”.

El segundo viene de reventar la pelota en el Sub-23 y busca un hueco en la parte más difícil: el cuadro. “Sabía que era mi último año en esa serie y puse todo mi empeño —explica—. Lázaro me dio la mayor confianza y me concentré cada vez que venía con corredores en posición anotadora, ahora me prepararé mejor para trabajar más la defensa; la curva me sorprende, pero no estoy preocupado”.

Entre los regresos novedosos, Ángel Peña reverdece laureles tras dos años fuera, 38 años de edad y 20 series a cuestas. “Estaba agotado y pedí un descanso —relata—. José Raúl habló conmigo, lancé en la provincial, pues estaba en óptimas condiciones para ayudar al municipio. Físicamente me siento a un 60 o un 70 por ciento, porque me he mantenido haciendo preparación física, en pocas semanas debo encontrarme a un 100. Tras el último juego de la provincial hice una crisis de cervical y no había tirado más. Asumiré lo que decida el equipo”.

Con este retorno con el que concuerdo y la opción de otro regreso, el de Ismel Jiménez, desde el staff se anuncia un cambio de roles. Así lo ve Juan de Dios Peña, entrenador principal de pitcheo. “Para abrir podemos elegir entre unos siete hombres. En dependencia de cómo esté Peña puede aportar como abridor. Yuen Socarras está recuperado de su operación y Yamichel, uno de nuestros cinco zurdos, está bien; Pedro Álvarez ha ido creciendo y madurando, está en su cuarto año y ahora abriría. Camilo Tamayo soportó una rotación de cinco días e incluso respondió con tres días. Tiene juventud y un nivel de disposición muy alto. Con Ramón Zúñiga y el regreso de Omar Guardarrama podremos disponer de dos cerradores”.

Sobre Ismel, abundó que, junto a Aldo Conrado, cumpliría una rehabilitación en Topes de Collantes. “Aldo tuvo una fisura en la muñeca y el dedo le quedó un poco dañado, tuvimos esa posibilidad de rehabilitarse allá aprovechando la altura. Ismel evoluciona bien, se incorporaría aquí en la cuarta semana, creemos que no empiece con nosotros a un ciento por ciento, pero puede estar con el equipo”.

Líder en triunfos de la Sub-23, con ocho, Camilo Tamayo parece estar apto para otros empeños: “Todo se debió al entrenamiento, al esfuerzo del día a día y la confianza de los entrenadores, al trabajo con el control y el lanzar bajito —considera—. Desde las categorías chiquitas me ha gustado asumir responsabilidad, pues me hace sentir un poco más importante, esa serie me dio la posibilidad de desarrollarme lanzando y lanzando, estoy enfocado en hacerlo mejor en la Serie Nacional, esta vez voy a poder aprovechar la playa”.


Camilo Tamayo fue líder en triunfos de la Sub-23. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)
Si bien han estado en nómina en los últimos años, al sumar turnos al bate los del Sub-23 se han mantenido la mayoría de las veces en el banco. ¿Falta de valor o resistencia al cambio? ¿Podrá revertirse la ecuación? En la proa, a José Raúl Delgado le toca responder.

“Empezamos en enero, aunque un grupo trabajó desde septiembre en la academia, el objetivo era no llegar en cero, chequeamos la Sub-23 y comprobamos que hay una serie de muchachos a los que les gusta correr y queremos aprovechar esas habilidades para tratar de levantar el ritmo de juego, se han perdido jonroneros y hay que inventar. Con la integración nos rompemos la cabeza, el equipo es de 40 atletas. Ya estamos trazando estrategias, no hay acomodadera y hasta anunciamos que algunos de la Sub-23 van a salir jugando como regulares”.