Cuando todos pensábamos que el estadio yumurino Victoria de Girón se iba a transformar en un hervidero de júbilo luego de la victoria la víspera, y todo ello, transformado en un gran apoyo a su equipo de pelota, resulta que presenta una concurrencia poco más que discreta en el segundo juego del play off contra la representación de Granma. Es cierto que la hora de inicio no era la más propicia para un lleno completo antes de la voz de play ball, pero lo que sucedió en este recinto no es muy normal que digamos.
Hay quien confunde el verdadero papel que juega la grada, el verdadero fanático, el que sufre con las derrotas y que estuvo por más de 20 años asistiendo a apoyar a unos cocodrilos que se arrastraban por nuestras series nacionales un año sí y el otro también. Esos son los que se merecen un campeonato, los que no van a tomar cervezas y comer pollo asado en los alrededores del estadio. Ni se sientan a ver el espectáculo donde les va la vida, enfrente de una pantalla gigante rodeados de luces al más puro estilo PMM.
El Girón tiene cada vez más una mayoría aburguesada, cómoda y superficial. Que tergiversa la esencia de ir al estadio a gritarle al pitcher rival, a los árbitros, al manager contrario y hasta al cargabates. Al estadio se va a aplaudir y animar hasta dejarse la garganta con el fin de arengar a sus ídolos. Se lleva a los niños y se les enseña que con respeto, hay que hinchar por su terruño, apoyarlos y quererlos. No se les lleva sólo a comer maní tostado y pan con lechón.
Ir en contra de la globalización es de tontos. Somos parte de este planeta, y él nos traga si nos descuidamos. Este equipo de pelota no se merece un estadio sin alma. Ni una afición que abandona a sus peloteros en el séptimo juego de una semifinal. Quizás no sea obra de la casualidad que Matanzas haya perdido 5 veces de 6 en sus predios. Quizás la localía necesite algunos retoques para hacer del Girón un verdadero pantano donde naufraguen sus rivales. Tanta comodidad a veces es contraproducente. Les invito a ver el Mella, El Barbados, y el Latino y saquen sus propias conclusiones.