Cuando a Víctor Figueroa le encomendaron dirigir a Matanzas en la 57 Serie Nacional de Béisbol, muchos dudaron que el experimentado preparador físico pudiera conservar el exitoso ritmo competitivo de la era VM32.


Dos subtítulos nacionales, cuatro medallas bronceadas y un soberbio récord de 70 victorias en 2017, eran el legado de seis sobresalientes años de labor.

Sin embargo, el debutante manager supo enfocarse en las debilidades tácticas de la anterior dirección y mantuvo una buena química entre sus integrantes para alcanzar los objetivos propuestos antes del torneo. Con saldo de (61-29), la tropa rojiblanca ancló por quinta temporada consecutiva en el primer lugar de la tabla clasificatoria y Figueroa aprobaba con una alta calificación el examen desde el banquillo.

“Me siento muy satisfecho con el resultado alcanzado por el equipo junto al nuevo colectivo técnico porque hubo entrega, dedicación y pasión. Aprovecho para agradecer a las autoridades de la provincia y al público matancero, por haber confiado en nosotros y por apoyarnos en todo momento”, expresó Víctor Figueroa al término de la jornada de refuerzos, celebrada el pasado 28 de diciembre, en la Ciudad Deportiva de La Habana.

¿Pudiera hablarme de esta primera experiencia como timonel en la Serie Nacional y en qué se diferencia de la preparación física?

Mira, la tarea de un manager es muy difícil de llevar. Tiene mucha responsabilidad porque debe decidir en fracciones de segundos las jugadas tácticas del juego de pelota y además, asumir la responsabilidad de conducir al equipo en dos vertientes: dentro y fuera del terreno. El aspecto disciplinario es también muy importante y tienes que organizarlo todo para lograr un adecuado funcionamiento. En cuanto a la preparación, te enfocas más en preparar al grupo desde el punto de vista físico para afrontar la competencia de la manera más estable posible y evitar las lesiones. Este año traje a un muchacho que me ayudó mucho y preparó muy bien al equipo. Pienso que hemos sido muy competitivos y por eso pudimos superar otra vez los 60 éxitos.

En uno de los partidos de la fase clasificatoria en el Latinoamericano frente a Industriales, hubo una jugada que marcó mi atención cuando el campocorto J.M Martínez falló un squeeze-play. Al llegar al banco usted le conversa bajito y pone la mano en su hombro, en una muestra formativa enorme…

Ese es mi método de dirección y esa es mi forma de ser. Yo trabajo así y hago las cosas de esa manera. Al muchacho qué le podía hacer. Aquí nuestra función es enseñarlo, decirle lo que debe hacer y darle la confianza necesaria para cuando la ejecute otra vez tenga acierto. Considero que este método ha funcionado en el equipo y es una de las claves de las 61 victorias. En Matanzas hacía falta eso: la buena comunicación e impregnar en los jugadores un espíritu familiar. También le he inculcado a los muchachos, el respeto a los contrarios.

¿Qué le ofrece al line-up un bateador de extraordinaria clase como Frederich Cepeda?

Nos va a aportar mucha confianza y seguridad, sobre todo en los momentos difíciles cuando la situación apremie. También esperamos que pueda guiar a los muchachos en los turnos importantes de los partidos…

Ningún equipo en la historia de las Series Nacionales ha registrado foja de (131-49) en dos temporadas consecutivas, sin embargo aún no han podido coronarse…

Primero debemos vencer a Granma. Esto es por etapas, ya cumplimentamos una parte del trabajo. Nos queda lo más difícil: Semifinal y Final. Te aseguro que la mentalidad, de los jugadores y el colectivo técnico, es ganar el campeonato.

¿Le gustaría enfrentarse a Industriales en una hipotética Serie Final que paralizaría al país?

No me gusta elegir rivales porque nosotros estamos listos para enfrentar a cualquier oponente, pero sí te puedo asegurar que sería una gran Serie Final…