este espectacular exjugador hoy celebra su aniversario 56 y por reconocimiento a su carrera deportiva, bien se merece algunas líneas. Nació en Sagua La Grande, actual provincia de Villa Clara, este jardinero central califica como entre lo más explosivo que ha pisado un terreno de pelota en Cuba.
Ahora me viene a la mente un ESPECTACULAR fildeo realizado en los Juegos Panamericanos de Indinápolis 1987, en un juego que lanzaba el zurdo habanero Pablo Miguel Abreu.
Víctor, es la realidad, se aburrió de conformar equipos Cubas, en demasía quizás, pero resulta innegable su ímpetu voraz en todos los sentidos de juego. Siempre quisiera yo en cualquier conjunto de béisbol, un pelotero con sus características. Acudió a seis Copas Intercontinentales, cinco Campeonatos Mundiales, cuatro Juegos Panamericanos e igual número de Centroamericanos y del Caribe y unos Juegos Olímpicos, los de Barcelona 1992, en los que comandó a los bateadores en promedio de average y en carreras empujadas, igualmente quedó empatado en tercer lugar en jonrones y hits.
En una de las semifinales ante el plantel de Estados Unidos remolcó cuatro de las seis carreras de Cuba.
En 19 Series Nacionales que jugó con la selección de Villa Clara, sus números fueron inquietantes, así como su personalidad. Un promedio ofensivo de 318, alimentado por 351 tubeyes, 273 vuelacercas y 2 171 inatrapables, además de ser un perfecto estafador con 588 bases robadas y lo atraparon en el intento en 238 ocasiones. En la arena internacional promedió para 370 con 33 jonrones.
Tras su retiro del deporte activo, se ha mantenido fielmente unido a la función de director, pues fue timonel de novenas de Villa Clara, Petroleros de Minatitlán (equipo de la Liga Mexicana de Béisbol) y en la actualidad está al frente de los Cocodrilos de Matanzas.
De igual forma ha sido el estratega principal de diferentes equipos Cubas, con los que ha obtenido rendimientos aceptables. Casi seguro estoy que Víctor Mesa es el jugador-pelotero más polémico que ha transitado por el béisbol cubano.
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