El adecuado corrido de las bases es esencial.

En contadas ocasiones en las últimas temporadas un equipo, como este de los Cocodrilos de Matanzas, realiza semejante actuación, al ganar 22 de 24 juegos, al conjugarse de forma acertada los principales factores del juego, incluidos squeeze-plays y la velocidad en función ofensiva.

Es cierto que el alto mando de los locales se sale constantemente del susodicho librito, y hace lo inesperado, que es lo adecuado, y los resultados no puede ser mejores.

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Otro elemento desconcertante para los rivales, es lo alterno en el destaque de los hombres en el uso del madero, y no hay nombres porque todos aportan su granito de arena, como apoyo a un pitcheo efectivo, abridor y de relevo, con varios brazos, derechos y zurdos, respondiendo en el momento oportuno. En honor a la ved, hay un colectivo compacto que rinda frutos a granel.

Detractores aparte, quizás muchos dolidos por soberbio desempeño, baste señalar que quienes integran el colectivo lo hacen a libre albedrío, porque prefieren estar en el elenco. La mayoría, muchos de ellos deshabilitados en sus provincias. Aquí se les ‘remoza y rejuvenece’ y… pelotero nuevo. Sobran los ejemplos.
Sin más, ¡ataja, que los Cocodrilos tomaron la escoba –seis barridas– y no quieren dejar lugar a los demás!