Como siempre, el manager Jose Luis Bos habla claro y sin pelos en la lengua.

Actuación de La Habana: : Interrogantes significativas

A José Luis Bos lo distinguen cualidades personales excepcionales. Sus valores están ligados al hallazgo y a la formación de grandes figuras del béisbol capitalino. Entre sus principales reconocimientos –dentro y fuera del terreno– está la condición de Vanguardia Nacional del Sindicato de la Educación y el Deporte, además de varios títulos, provinciales y nacionales, alcanzados en la con-ducción de equipos.

Sin embargo, la reciente actuación del seleccionado de La Habana que dirigió en el Primer Torneo Nacional Sub-23 generó opiniones divergentes, al ubicarse en el último lugar del grupo B con balance de 10 victorias y 14 fracasos. Para conocer de primera mano lo acontecido, Tribuna dialogó con él.

¿Cómo se comportó la preparación del conjunto?

–Desde el inicio de los entrenamientos el aseguramiento fue escaso. No contábamos con bates, pelotas y otras herramientas fundamentales. El grupo de entrenadores gestionó a título personal los implementos que necesitábamos para llevar a cabo esta tarea.

“Otro aspecto deficiente fue el terreno para entrenar, pues el Changa se comenzó a reparar y tuvimos que trabajar en las áreas aledañas. Esos contratiempos obligaron a reajustar el adiestramiento y, a pesar de las dificultades, cumplimentamos el cronograma previsto de nueve semanas.

“En esta etapa sufrimos la pérdida de cuatro figuras importantísimas que inicialmente se encontraban en la preselección y luego fueron cedidas a otros territorios: Alay Rafael Lago (ART), Ihosvany Peñalver (ART), Yaniel Herrera (ISJ) y Yamil Rivalta (VCL). Los lanzadores Pedro Durán, Ernesto Iglesias y el receptor Yosuán Hernández estuvieron protegidos por la dirección de Industriales.

“Según nuestro criterio la capital no defendió como debía este torneo. Para nosotros era esencial incluir en la nómina del elenco a los primeros representantes de la categoría al igual que lo hicieron otras provincias, con vistas a alcanzar un resultado relevante. Inclusive, al equipo no se le hizo un abanderamiento oficial.”

Una vez en la Perla del Sur, ¿de qué manera afrontaron la competencia?

–La primera parte fue de adaptación. Trabajamos sobre la base de la cohesión de sus integrantes y en los primeros 14 juegos tuvimos registro positivo de (8-6). Hasta ese momento marchábamos en zona de clasificación y disponíamos de una selección equilibrada.

“Aquí es cuando comienzan las complicaciones. El jardinero Day-ron Blanco presenta una contractura muscular y Alberto Calderón una luxación en el hombro derecho. Por si fuera poco, Lourdes Gourriel Jr. quien promediaba para .625 y era el tercer madero, planteó que padecía de un esguince en el tobillo y abandonó la concentración.

“A partir del juego 12 del torneo se les comunica a los atletas en edad juvenil que debían incorporarse a la preselección del equipo Cuba. De ahí en adelante la actuación de estos no fue la misma y tampoco su disposición competitiva. Por esa razón sufrimos las bajas de Yusniel Efraín Díaz, Hasuán Viera, Jorge Luis Oña y Raidel Orta. El receptor Oscar Valdés tuvo que regresar a La Habana porque su mamá enfermó de gravedad y lastimosamente falleció.

“En esta situación, con la mayoría de los regulares fuera del evento, nos vimos obligados a llamar jugadores que no estaban en buena forma deportiva. Implementamos tres o cuatro alineaciones totalmente diferentes y el pitcheo, uno de nuestros puntos fuertes, no estuvo a la altura esperada.

“En mi función de piloto del conjunto asumo la responsabilidad por algunos errores. Nadie está exento de equivocarse. El último tramo de la competencia fue amargo, pues alcanzamos solo dos victorias en las últimas 10 salidas.”

Pese a la actuación desfavorable, el equipo de La Habana mostró algunas individualidades importantes…

–Observamos un talento enorme en Ariel Echeverría. Este muchacho tiene una fuerza al bate increíble, defensa precisa y potente brazo. El receptor Lázaro Ponce es uno de los peloteros que más me impresionó al igual que el inicialista Hasuán Viera, el jardinero Yusnier Efraín Díaz y el lanzador Raidel Orta.

“La ciudad sí posee talentos, pero no está bien organizado el trabajo. Tenemos más de 50 jugadores en otras provincias. Existen lagunas en la evaluación de las potencialidades y debemos ser muy cuidadosos a la hora de liberar a un determinado jugador.”