El béisbol cubano sufre en la actualidad de una innegable pérdida de poder, cada vez con menos jonrones sin importar el nivel al que se juegue. Por ello, es imprescindible desarrollar al máximo, como vía para anotar carreras, las habilidades en el corrido de las bases, especialidad en la que no muchos logran destacarse.

Por ejemplo, en la Serie Especial de preparación rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, hay varios hombres rápidos, jóvenes capaces de desplegar un ritmo vertiginoso en los senderos, pero ello no significa que contemos con un grupo sólido de buenos corredores.

Así lo asegura el otrora estelar Carlos Tabares, uno de los peloteros que anotó más de mil carreras (1 059) en series nacionales a base de pura velocidad. Para el histórico 56 de los Industriales, quien ahora forma parte del colectivo de supervisores de la preselección nacional en la mencionada Serie Especial,
queda mucho trabajo por hacer si se quiere contar con un plantel eficiente en las almohadillas.

Tabares, junto a un grupo de experimentados entrenadores, está encargado de detectar deficiencias en los partidos y corregirlas luego en los entrenamientos. «Durante las tres semanas de preparación que llevamos, hemos insistido en que cada hombre tome la máxima cantidad de pasos cuando se separe de la base. Esa mínima diferencia que sacas al adelantar después te permite anotar una carrera o llegar safe por milímetros».

«En las bases debemos ser inteligentes, agresivos y prudentes, combinación un poco extraña, pero que rinde frutos si se aplica la dosis exacta. Ser demasiado agresivos puede ser fatal, y ser muy cautelosos también. No se puede tener miedo a tomar espacio, no se puede tener miedo a ensuciar el uniforme y hay que estudiar muy bien los movimientos del lanzador y de los jugadores a la defensa para arrancar en el momento justo», concluyó el habanero.