Béisbol Cubano: un estado de coma del que no despertamos.
El título nacional aún está en disputa, pero el resultado ahora mismo, no es lo más importante. A esta altura, cualquiera que resultara Campeón no despertará al béisbol de su estado de coma, inducido.
La pelota, es un sentimiento, pero se ha convertido en un mero estorbo para las autoridades, que no saben ni pueden, frenar su declive. El ciclo de vida de nuestro pasatiempo nacional está llegando a final y, o nos reinventamos, o morirá. Mientras que se siga empleando la frase, el béisbol en Cuba es el deporte nacional, y no se haga nada al respecto, estaremos dándole un tiro de gracia a lo que tanto amamos los cubanos. El Béisbol en Cuba tiene que ser ya, un verbo y no un sustantivo.
El 2019 ha sido otro año de pesadillas, de la cual no despertamos. Los Panamericanos de Lima, fueron el escaño más bajo, tocamos fondo, era una crónica de muerte anunciada, la peor actuación de la historia, cerrando un partido por el 5to lugar de la manera más bochornosa posible, y es que así mismo estamos en cuanto a béisbol se refiere, atados de manos, impotentes, sin capacidad de reacción. Ni el mismísimo mago Anglada, donde se situaban todas las esperanzas pudo con la debacle, una vez más humillados, ahora ya, a nivel continental y del caribe.
La clasificación olímpica era el próximo objetivo y sería una nueva derrota. Nuevo entrenador, el mismo resultado. El súper 12 confirmó nuestra realidad. Pasamos por un inexplicable anémico rendimiento, con nuestros mejores jugadores, incluidos los elegibles de otras ligas, incluidos ex jugadores de MLB, incluidos MVP de la final de Japón. Tal parece llevamos tatuados ya la derrota antes de jugar.
Cuba, otrora potencia, a nivel mundial, temida por sus adversarios, admirada por los MLB, la subcampeona del 1er clásico, es ahora mismo una escuadra que da más lástima que juego. Se ha perdido la corona a nivel mundial en todas las categorías y solo en 2019 se obtuvo una medalla de bronce en categoría 11-12. A nivel de mayores, sumamos derrota tras derrota, al punto de que nuestras metas y objetivos en eventos internacionales han pasado: de ir a por la victoria, a pasar de primera ronda. Y eso, para un cubano, es inadmisible.
Cuál es la razón? Nuestro país siempre ha tenido problemas económicos, ahora parecen ser más serios que nunca y eso indiscutiblemente repercute en las esferas de la vida nacional y el deporte no se salva de esto. Pero, cuanto ingresa la Federación Cubana de Béisbol por concepto de peloteros jugando en ligas foráneas? Cuánto ingresa el INDER en sentido general, que es el Ministerio de Deportes? A donde va a parar ese dinero? Hay voluntad política de invertir en deportes, de invertir en el deporte nacional? Quien le quita el cascabel al gato?
El beisbol es un reflejo de la sociedad cubana. Y los cubanos nos hemos acostumbrado a ganar. Y aunque eso es malo, bajo la máxima de que hay que saber perder, no es posible que perdamos y perdamos y no se haga nada. En Cuba sobra talento. Cada año estamos hablando de nuevos peloteros que emergen de la base, a pesar de que se reitera que el trabajo es inexistente a esas instancias. Cuba da peloteros, eso es una verdad absoluta, y la prueba está en todas las ligas del mundo, donde los nuestros llevan la voz cantante y los cazatalentos persiguen a los nuestros ya desde las edades más tempranas. Entonces….?
Nos hemos quedado atrás, seguimos entrenando por los manuales polacos de 1970, tenemos una serie nacional que da ganas de llorar, los mejores entrenadores no quieren volver a dirigir, alguien se pregunta por qué?
En 2019, nuestros peloteros tuvieron la mejor preparación de hace años, se hizo una gigante preselección, que por pedazos fue participando en distintos eventos, entrenamientos de alturas, concentraciones, se jugó y topó con equipos de todos los niveles y en diferentes países y ni aun así, logramos resultados positivos. No voy a hablar de estadísticas, ya eso lo he hecho en otras ocasiones, ni mucho menos voy a hablar de actuaciones individuales de atletas, porque con muchos de ellos, mantengo buenas relaciones de amistad y sé, que toda la culpa no está ahí, echarles toda la culpa, sería botar el sofá, el problema es más profundo.
Creo firmemente que debemos en primer lugar aplicar al béisbol aquello de que: hay que cambiar todo lo que tiene que ser cambiado. Los planes de entrenamientos, los entrenadores que viven de los viajes al exterior y no hacen su trabajo, los directivos que andan por todo el mundo con los equipos nacionales aportando más presión que buenas sensaciones. Hay que invertir en el deporte, si queremos que haya masividad, tiene que haber bates, pelotas, guantes, terrenos. Tienen que haber campeonatos nacionales, provinciales, municipales, donde se juegue pelota, pero no 30 juegos, ni 45. Hay que trabajar con esos héroes anónimos que son, muchos de los activistas, que son los que más trabajan y por amor al deporte.
Hay que eliminar la corrupción del deporte, hay que separar la política del deporte, porque hemos perdido de vista que es un juego, que se compite al máximo nivel, que se cobra por jugar, pero es un juego y nada más.
No es posible que queramos aspirar a participar en unos juegos olímpicos cuando nuestra serie nacional es un bochorno: directivos de la comisión nacional que no conocen los sistemas de desempates, juegos a la 1 de la tarde que no permiten entrenar, juegos a 7 inning, suspendidos por oscuridad, discusiones, peleas tumultuarias, indisciplina, árbitros viajando por sus medios, maratones de refuerzos que nadie entiende, calendarios mal diseñados dando una diferencia de kilometraje entre los equipos en las giras de éstos a lo largo del país, play off a 5 juegos, desactualización de todas las plataformas oficiales de la Serie y su página oficial, anotadores oficiales en los estadios sin condiciones, problemas de transportación. Pésimo desempeño arbitral, zonas de strike exclusivas de Cuba y más específicas por cada árbitro, malas decisiones, malos directores, malas jugadas, narradores que dan mareo. Malos terrenos. En fin, lo que se pavonea es el pasatiempo nacional, no es ni pasatiempo ni mucho menos un espectáculo. Quien es el responsable de todo esto?
Para cerrar el año con broche de oro, se anunció la no asistencia de Cuba a la Serie del Caribe, esa, a mi entender, es la última gota que copa el vaso. Son nuestros federativos aptos para sus responsabilidades? No le echemos más la culpa de todo al bloqueo, no juguemos más al David, le hemos cogido demasiado cariño a ese personaje al punto de que nos gusta ya fajarnos con Goliat, hasta por gusto para que nos cojan lástima.
En todas las esferas y ambientes, cuando hay malos resultados, se realizan análisis y por supuesto, ruedan cabezas, llevamos ya más de una década de decadencia en el béisbol y la pregunta de cada cubano es: Por qué Higinio Vélez se mantiene en su puesto? es ese cargo vitalicio? Hay algo que agradecerle oculto a ese señor que siguen haciéndose los de la vista gorda con el mal trabajo que realiza? Es intocable? Basta ya, como una vez: esta gran Humanidad que son los aficionados, dice basta. Hay que echar a andar y arrancar el mal de raíz, hay que cambiar todo lo que deba ser cambiado y en primer lugar está los que llevan años dirigiendo y no han podido solucionarlo, por el contrario.
Dijo Einstein, que no pensemos que saldremos de una crisis si siempre hacemos lo mismo, pues es hora de cambiar, porque mayor crisis para nuestro béisbol dudo pueda existir.
La Venganza Azul.Reflexionemos todos si queremos salvar nuestra Pelota.