Antes de comenzar la Serie del Caribe 2014, con la anunciada participación de Cuba, existían muchas expectativas entre los aficionados cubanos. La situación ha cambiado radicalmente por la pobre actuación de la selección cubana. Demasiadas lagunas en la táctica del juego, falta de concentración, poca actitud, inocencia en el pitcheo, son algunas de las carencias que ha mostrado el seleccionado cubano en la presente edición de torneo caribeño. Para algunos puede ser una sorpresa, pero esta es la realidad del béisbol cubano.


“Nos enfrentamos a una selección de los mejores peloteros de la ligas caribeñas”…”si ellos se refuerzan porqué nosotros no lo hacemos”. Estas son algunas de las afirmaciones de los medios nacionales de comunicación en Cuba. Sinceramente, no considero que nos enfrentemos a lo mejor de las ligas caribeñas porque, entre otras cosas, allí no está ningún pelotero que integre el roster de algún equipo de las Grandes Ligas. En cuanto a los “refuerzos”, ninguno de Venezuela o República Dominicana es mejor que Pablo Sandoval o Erick Aybar.


¿Acaso esta selección de Villa Clara no es casi un equipo Cuba? Faltan algunos nombres pero están muchos de nuestros mejores peloteros. Además, en este evento los que más han rendido son los hombres de Villa Clara, dígase Ramón Lunar, Yuniet Flores o Yosvani Pérez. Por lo tanto, se reafirma la idea de llevar a los jugadores de más rendimiento en la Serie Nacional.


¿Qué ganaría Cuba con competir en la Serie del Caribe con la selección absoluta? ¿Ganar? En los últimos años Cuba ha intervenido en torneos de menor nivel sin conseguir títulos. En mi opinión este evento nos brinda la oportunidad de enfrentarnos a un béisbol diferente y de calidad (a pesar de las ausencias), pienso que es el torneo idóneo para estimular y foguear a los peloteros del equipo campeón y a los más destacados del campeonato nacional.


El triunfo sobre Puerto Rico maquilló una actuación decepcionante. Sin embargo, las alarmas están encendidas y si los bomberos no vienen rápido el fuego será irreversible.