Les traigo este tema a reflexionar donde se juega el mejor beisbol actualmente.
Y fue finalmente Puerto Rico quien lo hizo. Acabaron con el mito japonés del béisbol, el dos veces campeón del Clásico Mundial.
Antes de la creación del máximo torneo las conjeturas acerca de quién tenía el mejor nivel de béisbol en el mundo flotaban en el aire de todos los países que practican el juego en gran escala pues los mecanismos de medición no eran convincentes.
Existían los torneos internacionales federados donde Cuba reinaba por sobre todas las cosas ante rivales muy poco competitivos, escondiendo en el amateurismo a grandes talentos del béisbol que fácilmente podían jugar pelota de primer nivel y que por razones geopolíticas no lo hacían.
Era imposible comparar actuaciones por equipos de cada liga, pues tanto en las mayores como en todas las ligas internacionales los equipos contaban con una nutrida y creciente mezcla de nacionalidades e influencias que hacían de cada campeón un caso único.
Y el béisbol asiático continuaba como una leyenda urbana en este lado del mundo y las oportunidades de comparación de estilos en un terreno se limitaban a la Serie Mundial de Pequeñas Ligas.
Y en base al éxito de países como Japón, Taiwán y Corea del Sur en las competencias infantiles era factible determinar que a nivel mayor el béisbol asiático había alcanzado un nivel tan alto o hasta superior al jugado en América.
Incluso en las series de exhibición realizadas por equipos conformados por estrellas de las Grandes Ligas ante equipos de Japón, en más de una ocasión los peloteros de mayor nivel profesional en este lado del globo sucumbieron ante los equipos locales.
Con la llegada del Clásico todas las dudas se disiparían. Por primera vez se pudo medir fuerzas y estilos de cada país frente a frente, y por al menos un partido comparar los niveles de juego. Fue en estas condiciones en 2006 y 2009 cuando Japón se impuso por encima de las mejores selecciones nacionales del mundo.
Estos resultados llevaron a la conclusión durante siete años de que el nivel del béisbol japonés era el mejor del mundo. Que sus técnicas, fundamentos, estilo de juego, manejo del pitcheo, carácter en el terreno de juego y formas de entrenamiento, habían superado al juego americano. Que su disciplina y formas de trabajo superaban un siglo y medio de desarrollo de béisbol americano incluyendo las variaciones y carácter que cada país caribeño ha aportado.
Fieles a sus principios, los japoneses habían tomado el juego americano lo hicieron suyo y lo mejoraron para alcanzar un nivel superior de eficacia.
Y una vez más en 2013 Japón avanzó a la ronda final. Ganar nuevamente el torneo significaría una rotunda muestra de superioridad en el deporte.
Pero se enfrentó a Puerto Rico, quizás de nuestros países el que más ha sufrido en los últimos años en el desarrollo del juego. Un equipo que combina jugadores estrellas en las Grandes Ligas, veteranos de primer nivel, prospectos y jugadores experimentados en el ámbito internacional. Esa muestra representativa de la actualidad de la pelota boricua se midió ante la potencia mundial.
Puerto Rico definió el partido con una excelente actuación del abridor Mario Santiago, un cuadrangular de Alexis Ríos y el buen manejo del pitcheo de relevo por parte del dirigente Edwin Rodríguez; pero la clave poco vista fueron los ajustes lanzamiento por lanzamiento hechos por Yadier Molina.
El juego boricua ha enfatizado la figura del receptor como aspecto vital del juego. El receptor toma el protagonismo de llevar el partido y en Puerto Rico se han especializado en producir caretas de primer nivel. Una dinastía de receptores ha brillado en las Grandes Ligas y fue en esta generación que le tocó a Yadier Molina asumir esa responsabilidad nacional, demostrando de qué está hecho.
Yadier, el menor de los hermanos Molina, todos receptores; ganador del Guante de Oro en la Liga Nacional, seleccionado al Juego de Estrellas de las Grandes Ligas y campeón de la Serie Mundial, tomó el mando y ganó su juego.
Hoy podemos afirmar que Yadier Molina es el mejor receptor del planeta.
"Tener a Yadier en la receptoría es como tener un mánager dentro de la acción en el terreno de juego. Es un espectáculo verlo jugar. Vale la pena pagar un boleto para verlo" afirmó Ozzie Guillén anoche en nuestra transmisión del partido por ESPN Deportes.
Y con un trabajo de hormigas, pero con un corazón inmenso su triunfo tumba el mito de la superioridad nipona y reivindica a América como la cuna del béisbol, pero no sólo a nuestro continente, sino al béisbol latino como el número uno del universo.
La caída del imperio del sol ante la isla del encanto redefine el panorama internacional del deporte. Las derrotas sufridas por Japón ante Puerto Rico y Cuba, la eliminación de Estados Unidos cortesía de Dominicana y Puerto Rico y el crecimiento de Holanda con la influencia marcada por del estilo caribeño de Curazao son señales sólidas del estado actual de la pelota caribeña.
Y para Puerto Rico sacar del camino a los nipones y disputar una final del Clásico Mundial era algo que no estaba previsto. Este logro redime su imagen en el béisbol e influenciará a sus futuras generaciones.
A estas alturas, gane quien gane el Clásico Mundial, el mensaje es fuerte y preciso ante el mundo deportivo: El mejor béisbol del planeta se concibe, se juega, se siente y se desarrolla en el Caribe.